sábado, 23 de junio de 2012


No saber qué hacer, o decir, estar presionada, no poder hacer lo que de verdad te apetece por miedo a hacer daño a alguien, en resumen, así me siento yo últimamente. Soy una chica simple, y cuando digo simple quiero decir la más complicada que hay en este mundo, incluso en esta galaxia. Pero también tengo que añadir que no siempre fui así, yo antes era una chica normal, bueno más o menos. Siempre me ha gustado escribir, sobre todo a mano, pero con mi caligrafía de niña pequeña y mis fantasías nunca he querido que nadie me leyese, hasta ahora. ¿Qué por qué he cambiado de opinión? Ni idea. ¿Qué sobre qué voy a escribir? Sobre mi vida. ¿Cómo debo empezar? Pues por el principio, normalmente, pero yo ya no soy normal, así que os contaré mi vida partiendo del punto en el que se hizo interesante, dudo que el resto de la historia os pareciese muy entretenida. Ahora deberíais saber más o menos cómo soy, pero de todas maneras me presentaré y nos conoceremos mejor. ¿Qué mejor formar de comenzar la historia de una vida?
Soy decidida, independiente, rebelde a ratos, responsable en otros. Alocada, trabajadora, soñadora, imaginativa, prescindible para unos, impresionable, imprescindible para otros. Y un motón de cosas más, pero no vienen a cuento. Ni alta ni tampoco baja, ni gorda, ni excesivamente delgada. Rubia, pelo más bien largo, y ojos grandes, castaños verdosos, con unas espesas pestañas negras a su alrededor. No soy popular ni me conoce todo el mundo, pero quien lo hace me conoce bien y no se arrepiente nunca de haberme conocido. Pero no soy tampoco una… pringada, aunque no sé por qué no. No soy perfecta, ni pretendo serlo. No sigo modas, pero me gusta comprarme ropa. No soy la más inteligente del mundo, pero me encanta leer. Creo que escribiendo es cuando la gente realmente expresa lo que siente, sin que nadie te mire fijamente mientras intentas desnudarte emocionalmente. Aun que también opino que una persona enfadada no debería escribir ni hablar, solo diría lo que piensa en ese momento, sin pensar en los demás vividos, y sé que al final se arrepentiría de lo que ha dicho y probablemente entonces fuese demasiado tarde. No soy una llorona, pero no puedo evitar desahogarme cuando lo necesito. No huyo de los problemas, porque te acaba encontrando y si te haces de rogar cuando llegan a ti te arrastran con ellos.
Creo que está todo dicho, el resto de mi lo tendréis que ver por vosotros mismos. Pero os será fácil, soy una persona que transparente, mucho.
Echo la última maleta a mi Mini Cooper amarillo, cierro el capó, y miro atrás. Mis padres están en el porche, mirando cómo me marcho. No les he dicho que fuese definitivo, pero me llevo todas mis cosas, solo dejo un pijama, unos vaqueros cortos que apenas me pongo, una camiseta de tirantes y una chaqueta con capucha que mi madre me compro hacia solo un mes, cuando yo no pensaba largarme de allí. Ella ha dejado de llorar, pero tiene los ojos rojos e hinchados, odio verla llorar y si es por mi culpa más, pero no puedo evitarlo. Ve que la mira y su cara se vuelve a deformar y comienza a llorar de nuevo. Mi padre le pasa un brazo por los hombros y mi madre se abraza a él. Me gusta verlos juntos, pero no llorando, y por mí. Mi padre es más fuerte que ella, él no llora, no delante de gente, pero parece triste, apagado. Pero yo tengo que irme, desde que tuve ese sueño… lo recuerdo demasiado bien, como si estuviese pasando ante mis ojos en este preciso momento. Con Please don’t leave me de Pink sonando a todo volumen salgo del camino de tierra que conduce a mi casa para salir a la carretera del pueblo derrapando. Pero el recuerdo del sueño llega igualmente, paso la canción, ahora es So what lo que llena mis oídos, pero ya es inevitable.
Yo, simplemente yo, sentada en el porche de mi casa, leyendo un libro que leído mil veces pero que no sé cual es en momento, solo sé que me gusta y no quiero dejarlo. Escucho un ruido a mi espalda, y a pesar de estar en mi casa de ella no sale nadie conocido, sino un chico, y no recuerdo su cara, pero sé que es perfecto, perfecto para mí, y que lo quiero. Me abraza por detrás mientras yo sigo sentada en la mecedora, y aspiro su olor, eso sí lo recuerdo, suavemente a vainilla, como mi champú favorito, y a bosque, tampoco sé cómo es que yo diferencio el olor a bosque, no es que haya ido mucho, nuca, pero lo identifico, sonrío pero no aparto la mirada del libro. De repente el me habla, pero yo no lo escucho, aun así me giro hacia él y sonrío más y le contesto pero yo tampoco me escucho. Me coge las manos, cierra los ojos y noto que yo también lo hago, y noto mi pelo ascender como si tuviese a mis pies un ventilador enorme, y ya no estoy sentada, pero noto la presión de sus manos fuertes en las mías hasta que desaparece también y yo estoy como flotando y me siento mejor que nunca antes. El suelo aparece bajo mis pies de nuevo, es césped frío pero no me molesta. Abro los ojos por fin, y estoy en un gran prado, con la sensación de haberme perdido algo, él me da una rosa, que yo cojo, pero me pincho, no noto el dolor, solo una simple molestia, pero sangro, y una gota cae al suelo y deshace todo lo que hay a nuestro alrededor hasta que solo queda el vacío y me despierto.
¿Cómo no me he salido de la carretera? Al parecer he tenido que estar conduciendo inconscientemente porque ese sueño ha aparecido en mi cabeza como si estuviese pasando ante mis ojos en ese mismo momento, debo de tener un hada madrina o algo por el estilo. No sé a qué ha venido eso, últimamente todo esos libros de fantasía que he leído a lo largo de mi vida, que son muchos, parecen cada vez más reales, y empiezo a creer seriamente que me estoy volviendo loca. Esto a mí antes no me pasaba, y todo vino con ese sueño… ¿estaré obsesionándome sin deber? O quizá si lo tenga y por eso este así, pero la sensación de que busco algo, pero todavía no sé qué es ni por dónde empezar a buscar, mi abuela me dijo que lo encontraría, a veces pienso que es la única que de verdad me entiende. Yo antes no estaba con ella más de dos horas, creo que ni una. No me gustaban sus historias, quizá porque me parecían muy reales, no como en los libros, y todo tenía una explicación. Por ejemplo, lees un libro, pero algo te dice que eso no puede ser así, siempre hay algo que te demuestra que eso es imposible, quizá la invención de un pueblo o lugar, o la descripción errónea de algo, no hace que el libro te guste menos, si no que te dice que es solo una historia inventada por una mente privilegiada, porque a veces a los escritores no se les da el reconocimiento que necesitan, pero en mi opinión son las personas más inteligentes del mundo, pueden inventarse uno propio y que a ti te encantase vivir en él. Sin embargo las historias de mi abuela eran ciertas, o eso creía ella y me hacía creer a mí, cada historia tenía su demostración, o una foto datada de la fecha en la que salía en ese lugar, aunque hablase de hadas ella te demostraba que había estado allí, o esa media luna que tenía en el cuello según ella símbolo de una antigua lucha por el poder en el mundo, si absurdo, pero de lo más real para nosotras.

lunes, 27 de febrero de 2012

Sin ganas de nada, necesitandote sin poder decirtelo, queriendo gritarle al mundo que querer no es poder, que tu quieres volar y no puedes, quieres ser libre y no lo eres. Sentirte una mierda sin motivos, o quiza los haya y tú no los encuentres. Darte cuenta que te molesta incluso que respire en otra direccion que no sea la tuya, no eres la única que lo hace reir ni la que más. Querer dejarlo todo y correr y llorar, pero no tener narices para hacerlo. Hubo épocas perfectas en tan solo un año. Épocas en las que ni escribías porque al pensar en él te dabas cuenta de que todo lo que pudieses escribir se quedaría corto.

viernes, 20 de enero de 2012

Quieras tú o no

Esa necesidad de saltar, gritar, bailar y llorar que sientes cuando te habla. No poder estar enfadada con él más de tres segundos, no poder dejar de mirarlo cuando en realidad quieras apartar la mirada. Disfruta esas sensaciones, no todo durará para siempre, quieras tú o no.

martes, 17 de enero de 2012

Mas te vale...

-¿Me quieres?
+¿Necesitas que conteste?
-Para algo lo preguntaré, ¿no?
+Si me lo preguntas es que lo dudas y si lo dudas, ¿por qué estás conmigo?
-Tú no me lo has preguntado a mi.
+¿El qué?
-Que si te quiero.
+Porque no necesito preguntártelo, si no lo hicieses... ¿podrías aguantar a una loca, infantil y agobiante detrás tuya todo el rato?
-Entonces no necesito que me contestes.
+No iba a hacerlo, pero ¿por qué?
-Por que si tú no me quisieses a mi, ¿cómo aguantarías a un... tío como yo?
+Muchos años de experiencia.
-Y los que te quedan.
+Mas te vale.
Si necesitas que te demuestre que te quiere después de decírtelo es que, en realidad, quieres que te demuestre que no.
¿Pensar antes de actuar? Hoy no.